Yo soy español, español, español.


«La envidia en los hombres muestra cuán desdichados se sienten, y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás, muestra cuánto se aburren».
Arthur Schopenhauer

Quizás sea muy pronto para explicarte estas cosas pero cuando seas mayor Yago seguro podrás entenderlas. De las crisis salen oportunidades, de los reveses de la vida enseñanzas para el futuro, de los fracasos fortaleza, de los intentos tenacidad y del querer poder. Perdona, solo tienes 5 meses y ya parezco todo un padre rancio sermoneándote y pareciendo querer mostrarte el camino, el único, el verdadero… nada más lejos de mi intención. Al final solo aspiro a que pienses por ti mismo sin dejarte condicionar por nadie, que aprendas de tus errores, te levantes cuando te caigas y observes a tu prójimo sin juzgarlo, sin criticarlo, sin envidiarlo.

Hoy tuve la tentación de compartir una foto que circula por Facebook de un tío limpiándose el culo con una bandera francesa. Al final no lo hice, lo pensé, me pareció hasta gracioso, mi estado de ánimo de encabronamiento antigabacho me incitaba a ello pero como diría Mourinho (y este no te voy a contar quien es, no merece la pena) ¿por qué? ¿por qué? ¿por qué?

Cuando yo era niño, allá por los años 80, España era algo muy distinto a lo que tú verás dentro de poco. Hacía poco que acabábamos de salir de un régimen político que mantuvo a este país 40 años secuestrado (estudia historia Yago, hazlo para que nadie te cuente lo que pasó sino que tú mismo puedas saberlo) y recuperar la competitividad se antojaba harto difícil. No te puedo hablar mucho de economía ni de política porque eran cosas que no me afectaban gran cosa en aquellos tiempos pero recuerdo como un hecho que me llamaba mucho la atención que en La Junquera (de aquellas no se usaban nombres en catalán) los agricultores franceses volcaban y quemaban los camiones españoles que llegaban con frutas y verduras hasta la frontera (sí, había pasos fronterizos y aduanas en Europa).

Por aquellos mediados 80 a mí me gustaba el deporte, sí, hasta lo practicaba y todo. Me empecé a aficionar a ver lo poco que nos ponían en la televisión (no había TDT ni internet así que la alternativa era la radio, el walkman) y… bueno que te decía que España era muy diferente a la que tú conocerás.

Mis recuerdos deportivos que me los acaba de aclarar el papá de Samuel son de derrotas, de querer y no poder, de fracasos. España nunca ganaba, era nuestro sino, había países de primera y países que nunca íbamos a conseguir nada. Recuerdo la Eurocopa del 84 y el autogol de Arconada en la final contra Francia, en el Parque de los Príncipes de París 😦 que decepción Yago. Luego vino el mundial de México, empezamos como nunca pero… llegaron los cuartos contra Bélgica y el penalty de Eloy… y luego… la cantada de Zubizarreta, y Julio Salinas, si ese lo metía hasta yo y.. la nariz que le rompió Tassoti a Luis Enrique y… cuantas decepciones. Pero no te creas que sólo era en el fútbol. En el resto de deportes era similar. No ganábamos a casi nada. Bueno salvo contadas excepciones claro. Había un cántabro que ganaba al golf llamado Severiano Ballesteros pero si apenas sabíamos qué era el golf. Entonces apareció Perico, un fenómeno, el mejor, y ganó el Tour de Francia y un fantástico recuerdo de mi infancia fue que un fenómeno que se llamaba Fernando Martín llegó a jugar en la NBA. Alucinante.

Pero a finales de los 80 algo estaba cambiando en España y un señor que presidía el COI llamado Juan Antonio Samaranch abrió un papel y dijo que los Juegos Olímpicos se iban a celebrar en Barcelona. Así como te lo cuento, unas olimpiadas en España y aquello fue el verdadero punto de inflexión. De repente algo cambió. Bueno cambiaron muchas cosas. Se iniciaron infraestructuras deportivas de verdad, se fomentó el deporte a todos los niveles y se promocionó una fábrica de talentos subvencionados por el Plan ADO. En resumidas cuentas se hizo una apuesta de un país por el deporte. Los resultados a medio plazo no se hicieron esperar. Los juegos de Barcelona fueron un gran éxito para el país. Todos los niños queríamos ser deportistas, pero de los buenos, de los que ganan y el país así de buenas a primeras se lo creyó, podíamos competir en primera línea, podíamos ganar a los que nunca perdían y el deporte a su vez hizo que por primera vez las banderas españolas salieran a la calle y que nos sintiéramos orgullosos de ser españoles. Una bandera para un país, sin complejos, con alegría, con ilusión.

A partir de entonces los éxitos se vinieron sucediendo. En el Tour apareció Induráin y se lo llevó de calle año tras año tras año y esto empezó a no gustar, y en tenis empezaron a salir españoles por todos lados y a ganar siempre en la tierra batida que tiene su máximo exponente en el Roland Garros de París. Sí otra vez españoles en Francia triunfando, y en las motos ganando a todo, y en la fórmula 1 (quien nos lo iba a decir) y en baloncesto y en balonmano… sólo nos faltaba ya el fútbol… y de repente, también aquí hubo un punto de inflexión. Llegó la Eurocopa del 2008 y las semifinales después de haber jugado genial contra Italia. Jugamos mejor, merecimos ganar pero… tuvimos que ir a penalties. Las caras eran de miedo, teníamos miedo a ganar, a creer que podíamos ganar pero entonces apareció Iker Casillas y un equipazo de fenómenos que quisieron ganar que creyeron en ellos mismos y ganaron ese partido y el siguiente y la final. Sí Yago, por fin, ganamos la Eurocopa y dos años después en Sudáfrica… fuimos los mejores del mundo. España fue campeona del mundo de fútbol porque nos lo creimos, porque quisimos y confiamos en que era posible. Aquel día Yago después del partido lloré (y el papá de Samuel también) porque con 35 años habíamos visto por fin algo que cuando éramos niños jamás lo hubiéramos creido posible.

Aquellos días España vivió con optimismo, con alegría, con ilusión y orgullo el triunfo de su selección de fútbol. Tantos fracasos anteriores nos hicieron fuertes, de tantos intentos frustrados sacamos la tenacidad para lograrlo y el querer de todos nos hizo poder conseguirlo. Entonces todos salimos a la calle y nos quitamos un gran complejo. Desaparecieron las «dos Españas» (estudia historia Yago que no te lo cuenten) y nadie se avergonzó de coger la bandera nacional y cantar a grito pelao aquello de… «Yo soy español, español, español…»

Esto te los escribo Yago unos días depués de que el TAS haya condenado a Alberto Contador (otro triunfador español en París) a dos años por un supuesto doping. España está enfadada con Francia por esto y unos vídeos de dudoso gusto que en la televisión francesa muestran a los deportistas españoles como tramposos incluyendo a Rafa Nadal. Yo no se que decirte, te dejo un vídeo: «trabaja y esfuérzate, con humildad y respeto, lucha contra la oscuridad, se la luz que dicen que hemos perdido».

Observa a tu prójimo sin juzgarlo, sin criticarlo, sin envidiarlo… y aprende siempre de él.

Acerca de Fran Rojo

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5 respuestas a Yo soy español, español, español.

  1. kaelig13 dijo:

    Increible, alguien que le gusta el deporte, España, y no es un nacionalista Español enfermo que solo se dedica a criticar un poco de humor. Gente como tu debería de dar su opinion ante la mierda de gente que está saliendo en twitter.
    Solo te recordaría que el humor es el humor y en España tenemos vertido rios de groserias sobre, por ejemplo Hamilton.
    No veo que haya para tanto.
    En cualquier caso arriba España libre y Republica! Felicidades por el escrito amigo.

  2. PeT dijo:

    Uhmm… amén.

  3. Ya verás como te pregunta ¿Y que era eso del walkman? =;-)

  4. Qué bonito!! Es la frase que me salió del alma al terminar de leer.

  5. Er Gú dijo:

    En fin; lo triste es que en estos tiempos salga nacionalismo rancio francés. Allá ellos… Los españoles, que estamos recogiendo los últimos (creo, por desgracia) frutos de lo que sembró en los años 60, y se contínuó varias décadas, hemos demostrado que podemos todo, y lo más sorprendente, inédito, es que ¡somos capaces de trabajar en equipo! (pocas veces, con cuenta gotas…pero ha sucedido, …en ese pequeño ámbito del deporte).

    Por lo demás, algunos españoles estamos hartos de que otros españoles intenten pensar por nosotros. Un buen motivo para emigrar, hacerse ciudadano del mundo. Detesto los excesos franceses; tembién los españoles. «¿Penseé dirigé?- L’Inquisition quand elle est à Gauche…»
    Por lo menos los gabachos son más liberales…,aunque, parece, les queda algo de su envidia y soberbia tradicionales en la Historia, -sus puntos flacos-, que la han pagado generosamente con nuestro país..

    En fin, a estas alturas, creo que todo esto es agua pasada. Cuanto menos nacionalista y más ciudadano del mundo sea uno, mejor. Pero, en mi caso, sin dejar nunca de ser español, que es lo que al fin y al cabo soy…Un español que quiere que le dejen en paz.

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